Cumpliendo las consignas de mi psicóloga, esta vez me toco preguntarle a mi mejor amiga (Mi Darling) cómo me ve. ¿Cómo me ve? Psicológicamente, por supuesto. Un vistazo claro hacia mi persona.
Según mi Darling tengo dos caras, o más correcto una cara y una mascara. Mi cara es la que esta “hecha mierda” (la sinceridad de una buena amiga, ¿no?), la que refleja la angustia, la que dice la verdad, la que muestra la verdad, en realidad. Es una cara sin maquillaje, sin corrector de ojeras, sin brillo labial, sin sonrisa. Mi mascara es esa que si esta maquillada, que sonríe, que comunica con seguridad que todo esta bien; es mi mascara, mi mascara que oculta secretos, es la mascara que me protege.
Me gusta esa mascara.
Quizás, no querer mostrar cómo te sentís, qué tan miserable es tu cara, qué tan triste esta. Quizás no querer, y por eso usas una mascara, así nadie sabe de vos, así nadie se preocupa por vos. Pero cuando se te alejan podes decir: “Estoy triste, no te alejes” ¿No?
Según mi Darling tengo dos caras, o más correcto una cara y una mascara. Mi cara es la que esta “hecha mierda” (la sinceridad de una buena amiga, ¿no?), la que refleja la angustia, la que dice la verdad, la que muestra la verdad, en realidad. Es una cara sin maquillaje, sin corrector de ojeras, sin brillo labial, sin sonrisa. Mi mascara es esa que si esta maquillada, que sonríe, que comunica con seguridad que todo esta bien; es mi mascara, mi mascara que oculta secretos, es la mascara que me protege.
Me gusta esa mascara.
Quizás, no querer mostrar cómo te sentís, qué tan miserable es tu cara, qué tan triste esta. Quizás no querer, y por eso usas una mascara, así nadie sabe de vos, así nadie se preocupa por vos. Pero cuando se te alejan podes decir: “Estoy triste, no te alejes” ¿No?
La soledad es engañosa.